El 14 de febrero es un buen pretexto para dejarnos persuadir por nuestros sentidos y disfrutar de lo que los expertos llaman “experiencia estética”. La experiencia estética proviene de lo irracional, es una sensación que desvincula a la imaginación de la comprensión racional. Wittgenstein afirmaba que “El arte era una expresión en el cual tenemos un mundo perfecto que, sin embargo, no es el mundo de los hechos y de su posible conocimiento: es un milagro en el sentido de que nada tiene que ver con la razón, no afecta en ningún modo a la razón”1. Es decir, surge espontáneamente, es una expresión que nace del sujeto provocada por alguna de las categorías estéticas que conforman a la obra de arte.
Las categorías estéticas contemporáneas son:
1) El placer directo: se aprecia lo bello de la obra.
2) La habilidad o virtuosismo: con el que se hace la obra.
3) Estilo: es decir, las normas relativas a la forma, la composición y expresión propia del artista.
4) Novedad y creatividad: como su nombre lo indica, es la originalidad de la obra, la propuesta que expresa o el concepto que el artista quiere expresar.
5) Crítica: la evaluación constante de la obra de arte a través del público que la observa.
6) Representación: la conceptualización de la idea.
7) Foco especial: la obra de arte se debe diferenciar como algo fuera de la corriente mundana de la experiencia y actividad, debe crear una sensación de ser especial.
8) Individualidad expresiva: se refiere a que el artista encuentre un medio para expresar algo, no importa qué expresa sino el acto de hacerlo.
9) Saturación emocional: se refiere a dos puntos, el primero es qué incita la obra de arte, y el segundo, lo que interpreta el observador.
10) Desafío intelectual: nos obliga a utiliza varias capacidades para comprender la obra de arte, es decir, identificar el argumento o tema, reconocer el problema que presenta el artista, lograr el equilibrio, la armonía y lograr darle una continuidad a la obra aun cuando se deja de tener contacto con ella2.
11) Las tradiciones y las instituciones del arte: como se dijo anteriormente, dentro de la época posmoderna el arte será una construcción social; y finalmente,
12) Experiencia imaginativa: o experiencia estética, es el momento en que la obra de arte logra conmover al sujeto, le inspira, le provoca una sensación, se toma el tiempo para apreciar el instante en el que se encuentra frente a la obra, es placentero y en ocasiones inolvidable, como se ejemplifica en el siguiente fragmento de Philippe Delerm:
“El primer trago de cerveza es el único que vale la pena. Los siguientes cada vez más largos, más anodinos, sólo te dejan una sensación de pastosidad tibia, de abundancia despilfarradora. Tal vez en el último resurge, con la desilusión de terminar, una apariencia de nervio ¡En cambio, el primer trago! ¿Trago? Empieza mucho antes de la garganta. En los labios aflora, ya ese oro burbujeante, frescor amplificado por la espuma, y lentamente en el paladar un placer tamizado de amargor. ¡Qué largo parece el primer trago! Se bebe de un tirón, con avidez falsamente instintiva. En realidad todo está escrito: la cantidad, ese ni poco ni mucho que constituye el único ideal; el bienestar inmediato rematado por un suspiro, un chasquido de lengua, o, tan importante como éstos, un silencio, la engañosa sensación de un goce que se abre al infinito… Al mismo tiempo somos conscientes de que lo mejor ha pasado. Posamos el vaso, e incluso lo alejamos un poco, formando un bloque con el cuadrito de cartón secante. Saboreamos el color; falsa miel y sol frío. Siguiendo todo un ritual de sabiduría y espera, nos gustaría gobernar el milagro que acaba de producirse y de desvanecerse a un tiempo. Nos gustaría conservar el secreto del oro puro, y encerrarlo en fórmulas. Pero ante esa mesita blanca salpicada de sol, el decepcionado alquimista tan sólo salva las apariencias, y bebe cada vez más cerveza disfrutando cada vez menos. Es un placer amargo: bebemos para olvidar el primer trago.”
Se puede concluir que en la actualidad, el arte se vuelca hacia lo diverso, hacia lo personal, se vuelve incluyente de voces marginales, de artistas anónimos de un público que difícilmente se deja sorprender por lo que no sea tecnológico o productivo. Es por eso que el artista buscará la manera de atrapar su atención adaptando su obra al gusto y consenso de las mayorías, ya que lo que importa es llegar al sujeto, despertarle una sensación. Por lo tanto, la obra de arte se encontrará en cualquier sitio, su belleza ya no será el rehén del virtuosismo clásico, ahora estará esperando ser observada, anhelando despertar en el sujeto una sensación placentera, aunque esto la excluya de la razón. Si el sujeto logra dedicar parte de su tiempo, dispone de sus sentidos para estar atento a lo que tiene enfrente y se permite gozar de la obra, entonces la experiencia estética tomará vida, estará latente en cada expresión artística, pero será él quien a través de su experimentación le dé validez y nombre para asegurar su permanencia en este mundo.
1Dennis Dutton Ibid p. 26
2Una especie de catarsis griega, es decir un cúmulo de emociones que experimenta el sujeto.
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